El primer contacto de Alex con el yoga fue al estudiar la licenciatura en teatro y actuación, ahí la práctica de asanas se utilizaba como herramienta para enseñar a habitar el momento presente, el aquí y el ahora. Gracias a eso y a su amor por la acrobacia, Alex decidió profundizar.
Algo con lo que Alex nunca estuvo de acuerdo fue todo el aspecto devocional y dogmático que muchas veces va de la mano con la práctica de yoga, siempre hubo cierto rechazo de su parte cuando se lanzaban afirmaciones que no parecían tener mucho sustento. Aunque la práctica de posturas y el trabajo personal-espiritual al que ésta lo invitaba le encantaban, Alex tenía bastantes dificultades al convivir con todo ese otro mundo tan engañoso, sobre todo por su pasión hacia la ciencia, su curiosidad intelectual y su pensamiento crítico.
Por lo mismo, resultó bastante fortuito que Alex se encontrara con la escuela Vy Vinyasa; ésta le ofreció una perspectiva muchísimo más crítica y aterrizada, le mostró que las cosas se pueden hacer de otra manera. Con ellos hizo su segunda certificación y se convirtió en un maestro RYT 500, además de unirse al equipo de Vy Vinyasa.
El día de hoy Alex es un maestro con un profundo conocimiento de la anatomía y la biomecánica, y un criterio sagaz que utiliza para guiar a sus alumnos de una manera segura y honesta. Además, es alguien sumamente preocupado por las condiciones individuales, sociales, políticas y ambientales del mundo, y por ello se dedica a divulgar información responsable con sustento científico en sus redes sociales. (@AlexGarzaTv)
Alex ve a la práctica física de yoga como un juego que sí demanda bastante disciplina, pero que al final sirve para aprender a tomarse las cosas a la ligera. Lo que él busca con sus clases es ayudar a crear contento en el corazón y lograr generar comunidad para hacer del mundo en el que habitamos un lugar mejor. Él cree fielmente que eso es lo que más se necesita en estos momentos.